¿qué encontrar por aquí?
yo te/soy cuento
Pero hoy no vengo a hablarte de LEER, más bien del angustioso camino hacia QUERER LEER. Si tus niñas y niños, por no hablar ya de los jóvenes, no quieren leer: no les puedes obligar. Pero entonces, ¿cunde el pánico? ¿Lo dejamos por imposible? ¿Hola, no future? ¿Cómo se equilibra el necesario fomento de la lectura con la necesaria voluntad lectora? Hay quien piensa que los libros son el único modo de cultivar el gusto por la lectura. Afortunadamente, creo yo, esto no es así. La clave está en cambiar el enfoque de varias ideas, te las doy aquí.
Prepárate porque vengo con una combinación muy rica de verano, palabras, aire fresco y diversión. Te propongo involucrar a tus niños y niñas en la elaboración de recetas sabrosas y sencillas para estimular su creatividad, enriquecer su vocabulario y fortalecer sus habilidades organizativas. Aunque también pude ser que todo esto sea una vaga excusa para pasar un buen rato, mancharnos el mandil de cualquier potingue y comenzar algo que se parezca a un diario original.
El uso de los pictogramas en la lectura no solo es un beneficio para los más pequeños que comienzan a leer, es un apoyo esencial para quienes presentan dificultades en la comunicación verbal y la comprensión del lenguaje. Los pictogramas ofrecen una forma clara y directa de representar conceptos e ideas a través de imágenes simples y reconocibles. Su uso es efectivo a la hora de expresar sus necesidades, deseos y emociones, lo que reduce la frustración y aumenta su capacidad de comunicarse con los demás.
¿Por qué no fomentamos la escritura? Entendemos que para la creación escritora hace falta una estructura cultural que conecte no solo nuestros conocimientos, sino también nuestras experiencias. Y seguramente pensamos que es complicado, que no van a tener ganas, que no les resultará interesante, que si no se divierten no les gustará o cualquier otra excusa tan absurda como pensar que no sabrán hacerlo. Esto puede ser cierto pero creo que una vez más, y es una percepción personal, infravaloramos a las niñas y niños, por no decir también a los adolescentes y jóvenes.
Estando totalmente de acuerdo con el filósofo, una biblioteca solo puede mejorar si tiene un jardín, por pequeño que sea. Son espacios frescos, tranquilos pero llenos de posibilidades, espacios que te conectan con la naturaleza y contigo mismo. Y si bueno es que tu lectura tenga de fondo un rincón lleno de verde vida, no lo es menos tener una biblioteca llena de colecciones de libros, tratados, manuales, láminas, revistas… que muestran y enseñan todo lo inimaginable que hay documentado sobre ese mundo tan maravilloso de las plantas. Imagina una biblioteca que reúna las dos condiciones, aquella de Cicerón como secreto de la felicidad y la que yo te he descrito. ¿Y si te digo que esa biblioteca existe? No lo imagines, entra en el espectacular mundo de la Biblioteca del Real Jardín Botánico.
Pensamos que la lectura es solo un acto interior, individual y silencioso pero no es así o no tiene por qué ser así. Si vencemos el terror escénico y leemos en voz alta, todas las palabras, eso que llamamos lenguaje cobra un nuevo sentido. La lectura en voz alta nos puede proporcionar momentos inolvidables, tanto si leemos para nosotros mismos como si leemos para un público adulto, juvenil o infantil.