Un impulso, un salto, un giro, un aterrizaje …¡HOP! Pan comido. Yo salto todos los charcos los tuyos y los míos, incluso los del vecino. Si andando vemos uno como espejo del paisaje lo cruzamos, seguro. Tú tranquilo. BELÉN ALARTE
Cuentos del bombín
Burbuja de flor en noche serena
noble, limpia como aquella sonata,
ante el viento resuena
siendo que a nada teme
al mismo tiempo que pena
por su llanto de suspendida plata.
La sopa se enfría.
–Te pongo el cuenco de gorro
si no te la tomas deprisa.
¿Y si no exagera ni un poco?
¿Y si no es una pequeña mentira?
Este pliego de papel inmenso | que grande se presentaba | no sé cómo, parece pequeño. | Yo escribo juntito | ni me equivoco | ni me tuerzo | aun así no puedo terminar mi carta | aquí no cabe todo lo que quiero.
Mientras sirvo la taza de té | el tiempo se gasta | como una pila | como el lapicero | como la tinta del tintero | como tejiendo la lana.
Un poema de Navidad, un poema de 24 versos, uno por cada día de Adviento. Un vecindario lleno de rincones en el que todos cabemos y en el que todo puede suceder, un gran vecindario al que llamamos: mundo.
Mi abuela, la gran gata parda,
me enseñó a tejer gorros y bufandas.
Hoy ha llegado el invierno.
¡Por fin la nieve blanca!
Un fuerte homenaje a la poeta | no uno pequeño, uno grande, | un homenaje de viaje | yendo de aquí para allá | dando tumbos nada locos | sino cuerdos de coraje.
Vivían separadas, sin embargo, las tres juntas formaban una sola noche espeluznante. Niebla, Menguante y Trueno eran amigas desde niñas y juntas habían celebrado todas sus fiestas favoritas. Se hicieron amigas porque no podía ser de otra manera, se llevaban bien porque coincidían en casi nada y porque, de todas las fiestas del año, su favorita era la noche de Todos los Santos. ¿Y qué otra fiesta podría gustarle más a tres hechiceras?
Un otoño que no llega hojas todavía prendidas al vuelo de la arboleda. Así los brazos de savia, repletas sus copas, tejiendo sombra imaginaria, aguardan ser lo que eran.