Lejano clavicordio que en silencio y olvido
Rubén Darío
no diste nunca al sueño la sublime sonata,
huérfano esquife, árbol insigne, obscuro nido
que suavizó la noche de dulzura de plata…
Apagando el volumen de todo tu mundo, cierrando la boca y los ojos, el ruido se convierte en silencio. Si un cuento te dijera que en el silencio suenan melodías de canciones, ¿lo leerías? Es posible que pienses que ese cuento no lleve razón, en el silencio no puede sonar ni escucharse nada, NADA.
Ahora contempla la posibilidad de que, a través de las páginas de algunos cuentos, puedan pasar cosas extraordinarias. El título que voy a presentarte en esta reseña lo tiene muy claro, en el silencio podemos escuchar una canción: nuestra canción.
En el silencio se apagan las voces de fuera, pero se enciende nuestra voz interior.
Bienvenido a Silencia, un cuento de Nina da Lua y Gemma Capdevila, editado por Fragmenta Ediciones. Es tan difícil hablarte de esta historia como atrayente es su título, leo y releo sus palabras sin encontrar el hilo que debo seguir para empezar a hablarte de ella. Me detengo ante su cubierta. Árboles completamente desnudos de hojas, una casa con una manivela como puerta, de su chimenea sale humo de colores, parece que es el rastro de una grulla de origami que escapa al cielo blanco y vacío. La sombra de la casa está viva, desde luego, no forma parte de la oscuridad.
Parpadeo y pienso: “Qué trascendental, Belén. ¿Cómo vas a empezar así?”
Después de darle muchas vueltas a la reseña, tengo claro que es precisamente eso lo que quieren hacernos sentir sus autoras. Cada persona tiene un mundo interior rico en creatividad, en sueños, en respuestas a las preguntas que nos hacemos ante el mundo. De alguna forma eso es la poesía, la respuesta creativa de cada ser vivo frente a su existencia.
Es cierto que en este caso hemos subido un poco el listón de la comprensión de conceptos, pero quiero dejar claro que este cuento está lleno de bella poesía apta para cualquier edad. Cada lector pondrá el listón donde quiera, que para eso la lectura es suya y sólo suya.
Silencia tiene tantas lecturas como uno quiera porque tiene muchos, muchos hilos de los que tirar.
Después de darle muchas vueltas a la reseña, tengo claro que es precisamente eso lo que quieren hacernos sentir sus autoras. Cada persona tiene un mundo interior rico en creatividad, en sueños, en respuestas a las preguntas que nos hacemos ante el mundo. De alguna forma eso es la poesía, la respuesta creativa de cada ser vivo frente a su existencia.
Es cierto que en este caso hemos subido un poco el listón de la comprensión de conceptos, pero quiero dejar claro que este cuento está lleno de bella poesía apta para cualquier edad. Cada lector pondrá el listón donde quiera, que para eso la lectura es suya y sólo suya.
Silencia tiene tantas lecturas como uno quiera porque tiene muchos, muchos hilos de los que tirar.
Tres historias en una
Es complicado explicar la trama de Silencia. Para entenderla tendremos que hacernos una pregunta: ¿Dónde se esconden las estrellas cuando se hace de día?
Podría ser la pregunta que cualquiera de nuestros hijos, alumnas, sobrinos o nietas nos hiciera en el momento más oportuno. De esas preguntan que hacen los niños y que te dejan un poquito K.O. Pues bien, Nina da Lua se hace esta misma pregunta y deja que sea el propio silencio quien responda con su canción.
A partir de aquí comienzan tres historias. La primera, las respuestas imaginativas de la autora, escritas con el texto en negrita, se suceden página tras página. Conforman un cuento en sí mismas. La segunda, con estilo de texto regular, es una melodía cantada por el silencio. Una revisión onírica de las emociones que se dan en cada respuesta de la primera historia.
…tal vez se convierten en abrigo cuando alguien tiembla…
Dentro de la desnudez, brota un nido.
Y aquí entra en juego la tercera historia: la ilustración. Para el texto que puedes leer arriba de estas líneas, Gemma Capdevila se imagina un campo de árboles, el nido no pasa frío puesto que lo abrazan las ramas. Esas ramas están dibujadas como si fuera un cielo estrellado… puede que allí se resguarden las estrellas cuando se hace de día. ¿Quién sabe?
Cada uno de estas tres historias se puede leer por separado. Créeme, lo he hecho. Incluso las ilustraciones se “leen”.
Así se van hilando las páginas de este cuento que nos habla de sueños dentro del silencio. Dibujos que son maravillosos, un argumento que deja paso al ingenio y una propuesta para seguir compartiendo en casa, en la clase de la escuela o en cualquier grupo de lectura.
De la calma a la acción
Este cuento es reparador. Recuerda que por muy activos que seamos, todos (sí, estoy incluyendo a los niños) necesitamos parar y reparar los daños que nos hace el día a día. Todos necesitamos soñar y dar explicación a aquello que, a simple vista, no la tiene. Sólo por ser bálsamo, el cuento ya merece la pena.
Aún así voy a proponerte una actividad; de hecho, el mismo cuento, al final de su historia, te propondrá pasar a la acción con algún juego. Mi consejo es que lo sigas como si fuera una parte natural de la lectura. Personalmente, la historia me ha resultado tan inspiradora que me he animado a realizar un collage con mi propio poema. ¿Dónde (creo yo) duermen las estrellas durante el día?
¿Te animas a hacer tu propia pajarita? No se necesitan conocimientos previos, no se necesitan materiales caros, ni largas sesiones de trabajo para esta tarea… Ojalá compartas tus pensamientos, tu silencio y tu «canción» conmigo. Si te animas, puedes contactar conmigo a través de las redes sociales: IG, Facebook y Twitter. Ni qué decir tiene que puedes escribir un comentario en esta reseña para expresarte libremente sobre esta lectura.
No lo hago a propósito (en esta ocasión) pero si quieres seguir leyendo sobre cuentos de lujazo firmados por mujeres, no puedes perderte los artículos sobre mujeres en la Literatura Infantil y Juvenil que escribí estas últimas semanas. Espero que sirvan como punto de partida para más lecturas de las que charlar por aquí.
Lo importante de un cuento es quien lo lee. Nos vemos en la página siguiente
¿Quieres más lecturas?
- BOSCH, LOLITA y LUCIANI, REBECA (2015): Animales que hacen cosas en silencio, Faktoría K de Libros, 48pp.
- PIÑÁN, BERTA y FERNÁNDEZ, ELENA (2010): Arroz, agua y maíz, ed. Pintar-Pintar, 50pp.
- TORTOSA, ANA y GUTIÉRREZ SERNA, MÓNICA (2009): De otra manera, Thule, 26pp.
- GARCÍA LORCA, FEDERICO y ZABALA, JAVIER (2007): Santiago, Libros del Zorro Rojo, 24pp.
- RAMOS, MARÍA CRISTINA y DE LA PRADA, SANDRA (2018): Maíces del silencio, Grupo SM, 48pp.
Comment (1)
¿Por qué leer poesía con niñas y niños? – YoCuento
diciembre 4, 2021 at 10:41 am[…] LUA, NINA y CAPDEVILA, GEMMA (2016): Silencia, Fragmenta Editorial, 40 […]