Fui punto en multitud por donde fui nadie me detectó y así aprendí.
Cuando creí colmada la tarea volví mi corazón a Casiopea.
| Silvio Rodríguez
Te prometí que volvería este viernes para comentarte lo que voy leyendo de “Constelaciones”, de Quim Torres. He leído los dos primeros capítulos y las sensaciones son buenas, calmadas, como si el mero hecho de abrir el libro ya me diera paz. Me sorprende su tamaño, no es mucho mayor que mi mano, y lo cuidada que está su encuadernación. Es manejable y delicado, ya me va gustando así que comienzo a leer.
Noche es una chica joven que vive más hacia dentro que hacia afuera, los cambios le afectan pero parece que no tanto como para un drama. Ella disfruta lo que puede en el momento que puede (una carrera hacia el instituto o un ratito bajo la lluvia). Pero su soledad y tranquilidad se han cruzado con un nuevo vecino que llega cargado de libros sobre astronomía. La curiosidad vence a Noche y creo que vendrán largas charlas sobre las estrellas.
El viernes que viene te contaré más. Por si quieres leerlo a la vez, voy leyendo 2 capítulos a la semana (es poco, tranquilidad), te dejo por aquí debajo los datos del libro para que lo encuentres. Búscalo en tu Biblioteca Pública o pídelo en tu librería favorita.
Constelaciones
Quim Torres, trad. Pilar Comín
Editorial Babulinka Books
semana dos
las constelaciones huérfanas
Es curioso cómo los libros te llevan por caminos inesperados. Sigo leyendo «Constelaciones», de Quim Torres; esta semana sus páginas me han llevado hasta el Louvre, de ruta hacia nuevas preguntas y hacia constelaciones que nunca había reconocido.
Noche, en sus conversaciones con Martín, va a empezar a buscar más allá de lo que conoce sobre el universo. Se adentra en el mundo de la mitología y de ahí nos lleva hasta Prometeo y su leyenda. ¿La conoces?
Prometeo robó el secreto del fuego y se lo dio a los humanos, esto desencadenó la ira de Zeus (bastante propenso a comer fuertecito) y le castigó a estar encadenado en una montaña donde, cada día, su hígado era devorado por un águila. Después su herida cicatrizaba para que, al día siguiente, el castigo volviera a comenzar. Todo bien, Zeus.
Pero las mejores leyendas son las que pertenecen a las constelaciones huérfanas, ¿las conoces? Para eso tendrás que unirte al club y seguir leyendo conmigo.
{ Nota: Escultura de Nicolas-Sébastien Adam, de 1762, «Prometheus», que hoy se encuentra en las colecciones del Museo Louvre. }
semana tres
de ojos e icebergs
Las constelaciones van apareciendo tres el telescopio y con ellas las amistades. Parece que Noche ya no está tan sola y tiene historias en las que pensar, imaginar y vivir. No todo el perfecto, como nada lo es, pero las constelaciones se van uniendo en caminos invisibles. Mira, como las personas. Lo que parecía ser una vida monótona, sin muchos estímulos y más bien solitaria, ha ido cambiando a intereses, motivación y compañía buena.
La amistad es uno de los pilares fundamentales de toda persona, no digamos de una adolescente como la protagonista de este libro. Ella se descubre también en los demás, en aquellas cosas que va aprendiendo de cada uno. Aunque no sustituyen a ninguna persona, los amigos cubren ausencias que pueden llegar a doler. Y es que la amistad es nuestra gran fortaleza: nos ayuda en los momentos difíciles, pasar un rato en compañía de amigos/as te quita todo el estrés de trabajo, estudios, obligaciones o preocupaciones, la carga emocional se hace más ligera, ¿verdad? La amistad es eso y mucho más.
En estos dos capítulos que he leído esta semana, Noche nos presenta dos constelaciones huérfanas nuevas: Constelación de los Ojos y la Constelación Iceberg. Si quieres saber la historia que hay detrás de cada una, súmate a este diminuto club de lectura, aún quedan varias semanas y es un libro que merece la pena.
La lectura se hace de forma sencilla, para momentos de tranquilidad. El texto va salpicado de datos curiosos sobre el universo, sobre cómo lo vamos descubriendo y entendiendo. Para este viernes me quedo con esta reflexión. Los astros se mueven, su velocidad es vertiginosa aunque no lo apreciemos a simple vista. ¿Qué trazo dibujará el camino hasta llegar a ellos estando tan lejos y en movimiento? La meta siempre será un lugar en el futuro. Piénsalo.
Te espero el próximo viernes.
semana cuatro
el albedo de la Luna
En este capítulo Noche invita a Nil a su casa para merendar. El telescopio es la atracción de ambos jóvenes, que quieren descubrir todos los secretos que ocultan las estrellas. A pesar de su interés, Noche y Nil no verán mucho a través de él porque es demasiado temprano y, además, la Luna Llena dará demasiada luz y solo se verán las estrellas más luminosas. Es curioso como con, tan solo, un 7% del reflejo que el Sol da sobre la Luna, esta pueda alumbrarnos la noche cerrada casi mejor que cualquiera de las farolas del alumbrado público. Este poder de reflejar la luz solar que tiene la Luna se llama: albedo. ¿Bonito, verdad? Pues no sé qué estrellas verían Noche y Nil durante la merienda, pero seguro que vieron Sirio, la estrella más luminosa de nuestro firmamento, la que puede verse con mayor facilidad en nuestro Hemisferio durante el mes de invierno y entrada la primavera (sobre todo enero, febrero y marzo). Pertenece a la constelación de El Can Mayor y te aseguro que a partir de hoy la vas a buscar por las noches.
Pero, a cambio de no poder ver tantas estrellas aquella tarde, Martín les cuenta una historia mucho más intrigante que las propias estrellas: la historia del Sultán astrónomo. ¿Quieres que te la cuente? Esta historia narra cómo uno de los sultanes más sabios quiso poseer todas las llaves del conocimiento sin imaginar todos los destinos que estas abrían y cerraban. Un día que el Sultán se encontraba con sus llaves, caminando a través del conocimiento que poseía, fue a buscarle la… ¡epa! si quieres saber quién visitó al Sultán tendrás que leer el libro de Quim Torres, me lo vas a agradecer.
¿Por dónde íbamos? ¡Ah, sí, Martín les cuenta la historia del Sultán astrónomo a Noche y a Nil! Este relato les deja bastante pensativos, parece que tiene un significado oculto para ellos y que Martín no solo les quería contar una simple historia sino algo en lo que pensar. Y así, pensando pensando, Noche se da cuenta de que el conocimiento que ella desea es saber qué esconde la caja roja que guarda su madre en casa. Sí, esa que nunca abre y que cuando le pregunta sobre qué hay dentro, su madre nunca responde.
¿Conservas alguna caja con algún secreto o simplemente algo de mucho valor? ¿Guardas en algún lugar algo que solo conoces tú?
No te cuento más del libro por hoy, quiero mantener su esencia intacta para que lo descubras con tu propia lectura. Este diminuto club personal no pretende destripar toda la trama del libro sino captar y escribir sobre aquellos detalles que a mí me han hecho pensar. Nada más. Espero que te sumes a su lectura y, como siempre, si te apetece compartir tu opinión no dudes en hacerlo. Para eso están los comentarios en este blog o en redes sociales. Ojalá la curiosidad te pique como para pedirlo en tu biblioteca o en tu librería favorita. ¡Te espero el viernes que viene, sin falta!