Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido.
Eduardo Galeano
Si pintásemos un cuadro en el que se vieran nuestros gozos, nuestras sombras, todo aquello que nos perturba y, a la vez, todo aquello que nos trae sin cuidado, seguramente quedaría algo parecido al cuadro de James Ensor, pintado entre 1888-1889, donde la muchedumbre esconde más de lo que muestra.
¿Por qué comienzo hablando de cuadros si lo que nos trae aquí es la lectura? La cultura es un hilo que une las piezas, engarza los adornos y borda los apliques. Los libros pueden ser (de hecho, lo son casi siempre) el punto de partida de un viaje por el que llegar a las películas de cine, a series de televisión, a cuadros de afamados pintores expuestos en museos u obras de belleza incomparable esquivas, tristemente, a los medios.
Son muchas las lecturas que nos meten “dentro” de cuadros o de artistas; buenos ejemplos son: El sueño de Matías (Kalandraka), El gato y el pájaro, ¿Dónde está la ranita? (ambos de Ed. Juventud), Matisse (Combel), Los animales mágicos de Miró (Siruela) y tantas otras opciones; en esta ocasión, leer nos pondrá delante del cuadro más célebre de J. Ensor: La entrada de Cristo en Bruselas.
El mismo título acredita este cuento que hoy te recomiendo. Bienvenido al lado loco de la vida, a la fiesta, a nuestra escala de valores sociales convertida en desfile apoteósico. Bienvenido a La entrada de Cristo en Bruselas, un álbum de Andrea Antinori, editado por Libros del Zorro Rojo.
Vuelvo a ponerme delante de un álbum ilustrado para hablarte de mi experiencia lectora, mis apegos, mis gustos y/o disgustos; por alguna extraña razón, necesito recordar que lo extraordinario de la lectura es que cada cual la experimenta de un modo diferente, que el resultado de una misma lectura puesta en distintas manos debe ser disparatado.
Después de este breve recordatorio, te advierto que La entrada de Cristo en Bruselas es una de las obras de arte más fabulosas que he leído. Me parece una lectura poderosa, actual, vigente como pocas, desenfadada, estrafalaria con una doble vertiente: hacia el humor y hacia la seriedad.
¿Cómo puede ser que una historia vierta hacia el humor y la seriedad al mismo tiempo? No me he vuelto loca, te lo prometo… o sí, quién sabe, porque para asomarse a este título, el lector debe tener osadía y, por el contrario, carecer de prejuicios.
Qué diantres (con perdón) relata este cuento. Fácil: la entrada de Cristo en Bruselas. Las páginas de esta historia recrean el cuadro de Ensor que, a su vez, se pone en la situación de que Cristo entrara en cualquier ciudad del mundo tal y como bíblicamente se relata que hizo en Jerusalem hace siglos. Entra en Bruselas y esta decisión del pintor puede tener un motivo, pero podría ser cualquier gran ciudad con ciudadanos ajenos unos a otros, conectada permanentemente a sus redes sociales, dramatizando si el autobús llega tres minutos tarde o mirando con recelo que el vecino se haya comprado un coche nuevo.
Cuando el señor alcalde se entera de que Cristo (¡¡nada menos!!) va a hacer entrada en SU ciudad, lo dispone todO para que el recibimiento sea perfecto y, por supuesto, sea a lo grande... como la importancia del personaje merece.
La orquesta al completo, cocineros, jardineros, sastres y pasteleros del mejor talento, un original elenco de personajes va desfilando por el papel para dar digno homenaje a su invitado. Cristo, que entra a lomos de su burro, es llevado de aquí para allá, agasajado de todas las maneras posibles, con toda la pompa y fanfarria.
Espero que alguien que ya haya leído este cuento sepa contestarme, ¿qué dice Cristo al entrar en la ciudad? La respuesta a esta pregunta da para pensar durante largo rato.
Las páginas se van sucediendo sin que nadie repare realmente en el personaje principal, en sus deseos, en lo que ha venido a hacer, en lo que quiere decir… este hecho a veces te hace reír, a veces te hace pensar.
¿Escuchamos a quien pueda tener algo que decir? • ¿Cómo de extravagantes son nuestras apariencias? • ¿Admiramos a las personas o a los personajes? • ¿Qué es más importante: la visita de Cristo o la propia publicidad/propaganda de la ciudad?
Este tipo de lecturas me hinchan los pulmones, son aire renovado. El autor ha sabido crear un mundo perfecto para da cabida a cada personaje. La historia te hablará de temas diversos según sea tu edad y tu identidad (por paradójico que sea, no me refiero a la identidad religiosa). Andrea Antinori acierta de pleno al jugar con el humor y la gravedad del mundo.
La entrada de Cristo en Bruselas te hace reír cuando las escenas se cargan de “excesos” y te hace reflexionar cuando relaja el diálogo y muestra a Cristo callado, dejándose hacer, siempre sonriente, a veces rozando el absurdo (aunque el sombrero le queda de maravilla, señor Cristo, todo hay que reconocerlo). ¡No puedo desvelar más! Este cuento se lee como si fuera una moneda, con sus dos caras: la reflexión de la realidad en una cara y la jarana de la fantasía en la otra. Todo bajo el prisma de la ironía y perfectamente combinado. ¡VIVE LA SOCIALE!
No dejes de preguntar en tu librería por este título perfecto y precioso de Libros del Zorro Rojo. No dejes de pedirlo, no dejes que el prejuicio te haga pasarlo por alto. Quédate con esta recomendación porque, si Cristo entrara de nuevo en cualquier ciudad de este mundo, lo que querría por encima de todo sería entrar y hablarle a tu conciencia… pues objetivo conseguido.
Nos vemos en la página siguiente.
¿Quieres más lecturas?
- ALBO, PABLO y BILOTTI, VIVIANA (2014): Todo patas arriba, La Guarida ediciones, 48pp.
- LOZANO, LUCIANO y ARJONA, JUAN (2015): Una vaca, editorial A Buen Paso, 32pp.
- BARBA, ANDRÉS (2017): La microguerra de todos los tiempos, editorial Siruela, 96pp.
- BILLAUDEAU, JULIEN (2017): Nada de nada, editorial Tramuntana, 40pp.
- ALONSO, FRAN y MARQUSKI (2018): Ciudades, Kalandraka editora, 64pp.
- PERARNAU, CHLOÉ (2018): La Orquesta, editorial Juventud, 32pp.
Comment (1)
Potemkin – YoCuento
junio 21, 2019 at 1:39 pm[…] [4] La entrada de Cristo en Bruselas […]