Cada estación es una lección magistral de cómo los colores pueden dialogar entre sí. En otoño les toca el turno (especialmente) a naranjas, ocres, amarillos, verdes apagados y rojos intensos; resurgen y conviven en equilibrio. En las páginas de un buen álbum ilustrado pasa exactamente lo mismo. La ciencia del color nos recuerda que no existen tonos aislados: todo depende de la combinación, del contraste y de la luz que los envuelve.
En la infancia, esta riqueza cromática es la gran aliada; a través del color jugamos, observamos, experimentamos… La literatura infantil bebe mucho de ello: hay libros que parecen un paseo por el bosque en octubre, otros que se sumergen en un único color como si fuera un juego de laboratorio y algunos mezclan paletas imposibles que, sin embargo, funcionan.
Te cuento un secreto: hay tantas tonalidades de amarillo que para encontrarlas todas necesitaríamos varios otoños seguidos. ¿No me crees? Verás, cuando decimos que en otoño las hojas se vuelven amarillas, no somos conscientes de la gran variedad de «amarillos» posibles. Acompáñame y te nombro algunos…
Ámbar, mostaza, albero, dorado, pajizo, limón, miel… cada uno responde a matices distintos, tanto en la naturaleza como en los pigmentos que los reproducen en papel. En botánica, esta diversidad tiene un papel crucial: muchos tonos amarillos son señales luminosas que tienen incontables objetivos. No es un color único, sino una estrategia de comunicación visual muy refinada.
La teoría dice que dentro de ese rango que ocupa el amarillo caben infinidad de matices… ¿y cómo lo distingue nuestro ojo (algunos más y otros menos)? pues gracias a la sensibilidad de los conos que tenemos en la retina. WOW! Lo fascinante es que, además, el mismo rango puede interpretarse de forma distinta según el contexto: un amarillo sobre blanco se percibe más cálido; sobre negro, más intenso; junto a verdes u ocres, más apagado.
¿Te parece ahora que el otoño es aburrido?
Piénsalo: en la literatura infantil esto puede traducirse en un juego inagotable. No hay un solo “amarillo”, sino muchos: el que tiñe el sol de un dibujo minimalista, el que cubre un vestido mostaza en un álbum nostálgico, o el que convierte una página en un estallido luminoso. El amarillo nunca es neutro: siempre dialoga con lo que tiene al lado.
Si quieres dejarte llevar por las gamas otoñales en forma de páginas, aquí van cinco álbumes que dialogan con el color amarillo de alguna manera especial. No en todos se usa para el mismo propósito, ni su expresividad siguen las mismas pautas pero aquí tú puedes encontrar el que se adapta mejor a lo que buscas (si es que buscas algo)l:
- Filbert, el diablillo bueno, Hiawyn Oram y Jimmy Liao (ilust.), Barbara Fiore Editora. Este álbum es puro otoño con una historia de las que cautivan a cualquier edad y en cualquier momento. Puro color de otoño.
- El refugio, Céline Claire y Qin Ñehg Leng (ilust.), Tramuntana Editorial. Una maravilla para recordarnos las rutinas de la naturaleza y cómo esta se prepara para afrontar los vaivenes del otoño. Un cuento que es todo sabiduría.
- Un día perfecto, Jennifer Yerkes, A Buen Paso Editorial. Aquí el amarillo aparece brillan y refulgente para destacar la luz, los objetos y sonidos. Es una lectura conceptual, hermosa que usa el tono más otoñal de la forma más atemporal.
- Martín y la luna, Sebastian Meschenmoser, Fondo de Cultura Económica. Una historia preciosa, divertida y delicada. Esta lectura es mi favorita, está llena de inocencia, de amarillo luz. En esta ocasión el color del otoño se queda en una brillante Luna que cae a la tierra y los animales que la van recogiendo se ven envueltos en pensamientos de lo más divertidos. Amarillo de Luna llena, amarillo como un queso, amarillo de un bosque que su autor dibuja en blanco, marrón, gris y negro para hacer destacar lo esencial. ¿Sabrás encontrarlo? Seguro que sí.
- Cuentos del bosque, Leticia Ruifernández Nogués, Editorial Ekaré. Aquí una recopilación de cuentos que dejarán el aroma propio del otoño. Perfectas para leer cada noche y dormir en lo más alto de los árboles del bosque, junto con todos sus secretos.
El otoño está fuera, pero también puede estar dentro de un libro. ¡Vamos a descubrirlo!
Nos vemos en la página siguiente.