En un mundo donde la información corre como si fuese un torrente inagotable, saber nadar y sumergirse en las noticias diarias se ha convertido en parte esencial de nuestra rutina. Sin embargo, la verdadera pregunta que deberíamos hacernos es: ¿cuánto de esta información es realmente necesaria y fiable?vSi sigues leyendo vas a encontrar una historia preciosa y, a la vez, un cruce de caminos en el que es crucial que sepamos distinguir lo veraz de lo ficticio, lo sólido y lo efímero.
Posts by: ChicaBombin
Burbuja de flor en noche serena
noble, limpia como aquella sonata,
ante el viento resuena
siendo que a nada teme
al mismo tiempo que pena
por su llanto de suspendida plata.
La sopa se enfría.
–Te pongo el cuenco de gorro
si no te la tomas deprisa.
¿Y si no exagera ni un poco?
¿Y si no es una pequeña mentira?
Imagina que abres un libro y la estancia se llena de verde, de pronto el olor a azahar estalla a tu alrededor y se mezcla con la savia de grandes robles. El espacio se va llenando de puntos de colores que abren sus cuerpos en pétalos pequeños dejando una lectura que avanza hacia un reino vivo.
En el abrumador reino de Maurice Sendak, la aparente simplicidad de sus relatos se convierte en la puerta hacia la complejidad de la experiencia humana. En particular, el álbum del que quiero hablarte, presenta un mundo donde la apatía de un niño se convierte en el catalizador de nuestra conciencia.
Para conocer el valor de la poesía solo hace falta leer un poema. Con un solo poema es suficiente para responderse infinidad de preguntas, hacerse otras tantas nuevas, sentir que siempre hay palabras para tus pensamientos por muy intrincados que sean.
Este pliego de papel inmenso | que grande se presentaba | no sé cómo, parece pequeño. | Yo escribo juntito | ni me equivoco | ni me tuerzo | aun así no puedo terminar mi carta | aquí no cabe todo lo que quiero.
Mientras sirvo la taza de té | el tiempo se gasta | como una pila | como el lapicero | como la tinta del tintero | como tejiendo la lana.
No suelo hacer balances, no suelo hacer propósitos y cuando los hago nunca los cumplo. Será rebeldía inconsciente o sencillamente que el pasar de los días me lleva hacia otros objetivos, otros tiempos y nunca me acuerdo de ponerme excusas. Estas líneas que escribo son mis propósitos para este 2024, así sin orden ni concierto.
Un poema de Navidad, un poema de 24 versos, uno por cada día de Adviento. Un vecindario lleno de rincones en el que todos cabemos y en el que todo puede suceder, un gran vecindario al que llamamos: mundo.