¿Ves gatos o ballenas? A veces el cielo es un lienzo en blanco para la imaginación. Puede ser el escenario de juegos, historias, o incluso de nuestros miedos que toman forma. En esta lectura tan divertida, una simple nube cambia de figura y transforma una tarde tranquila en una aventura disparatada. Pollo y Erizo, de Pablo Albo y Lucía Serrano, tiene más de lo que parece y vamos a descubrirlo. ¿Te sumas a leer?
Juegos de nubes
¿Qué ves en las nubes? Un perro que corre, un barco que navega, o quizás… ¿una ballena gigantesca? En Pollo y Erizo, la nube en el cielo se convierte en el centro de una tranquila mañana para nuestros personajes, un juego que mezcla imaginación e improvisación. Pero ¿por qué vemos formas en las nubes?
La explicación más científica y más divertida de nombrar es la pareidolia, esta es la capacidad del cerebro para encontrar formas familiares en objetos o patrones aleatorios, como las nubes. Es la misma razón por la que algunos ven caras en la luna o figuras en las manchas de una pared o en los lugares más insospechados.
Este fenómeno ocurre con mayor facilidad en la infancia porque los niños tienen una imaginación mucho más libre y flexible, la infancia está menos condicionada por la rigidez de la lógica adulta. Es un hecho, el mundo está lleno de posibilidades, por eso incluso lo más mínimo, como una nube, puede llevar a un universo nuevo.
Además de ser un juego molón donde los haya, observar este tipo de observaciones en los que encontramos un cierto “patrón que nos resulta familiar” en aquellos objetos que nada tienen que ver, estimula el desarrollo cognitivo y emocional:
- Creatividad: permite a los niños inventar historias y personajes.
- Atención plena: se disfruta del momento presente, de aquello que se tiene delante de los ojos. Solo así podemos centrar la atención y encontrar detalles.
- Resolución de problemas: se identifican figuras en líneas abstractas fomentando la capacidad de análisis visual.
En realidad, pensémoslo bien, las nubes han inspirado a diversos artistas: pintores, escritores… para crear todo tipo de juegos visuales. Es un recurso que no por ser inocente y divertido deja de tener un fuerte simbolismo si se quiere.
Por ejemplo, René Magritte jugó con las nubes en muchos de sus cuadros pero, a mi juicio particular, en ninguno se ve tan claro como en el cuadro que puedes ver en el Museo Reina Sofía, en Madrid, Cascabeles rosas, cielos en jirones. En él “los cascabeles flotan materialmente en el aire ocupando la mitad del cuadro, desprovistos de su peso, función y escala habituales, lo que les proporciona una apariencia irreal, en la que radica su potencia onírica.” (Paloma Esteban Leal)
Otro ejemplo muy claro de este juego es del gran Eric Carle en Pequeña nube, donde cada página es una invitación a encontrar figuras. Una simpática nube nos acompaña durante todo el juego y va adoptando formas diversas. ¿Qué ves tú? Podría ser la pregunta que tiene sentido… en verdad, da igual lo que quiso dibujar el artista, la imaginación está para dejarla volar.


Esa misma emoción es la que buscan Pablo Albo y Lucía Serrano en cada lector, de Pollo y Erizo pero es también la forma que tienen de imaginar cómo es una mañana cualquiera en la vida de dos animales. La nube, a la que también descubriremos una encantadora personalidad, cambia de forma y con ella las niñas y niños que convierten cada paseo bajo el cielo en una aventura extraordinaria.
Fiel a su estilo, Albo combina humor más sencillo (y a la vez más complicado) con situaciones ligeras y cotidianas que nos llenan de singularidad. Una de las cosas que más me gustan de esta lectura es cómo ambos personajes van entrando y saliendo del tronco hueco que tienen al lado, según se aburren, descansan o temen a esa nube que parece transformarse en fieras indomables. Pollo y Erizo no tienen más que ese tronco y las coles del huerto como “salvavidas” y me resulta divertidísimo descubrir cómo este curioso personaje “inerte” (pero con mucha historia) se convierte en elemento imprescindible para el ritmo de la narración.
Si y si aún te apetece descubrir más sobre Pablo Albo, te cuento que tiene una colección de tres títulos, publicados en Nube Ocho, que va en la línea que estamos comentando. Erizo y Conejo, esta vez ilustrados por Gómez, y son títulos muy muy muy chulos. Palabra.
Ya te he contado cositas de esta y otras lecturas, solo espero que te haya parecido interesante y vayas a tu librería de confianza o biblioteca pública más cercana para buscarlas toditas. No creo estar en un error si te aseguro que te va a encantar, es un éxito asegurado en casa y una propuesta interesante para una buena sesión de cuentacuentos en el aula.
Puedes seguir encontrando lecturas recomendadas en el blog y, si te apetece, leer pequeños poemas que voy anidando (como diría Catulo, naderías) por aquí y por allá. Gracias por haberme acompañado en este ratito.
Nos vemos en la página siguiente.