En Aedo, la vida gira en torno a las palabras, al canto de su voz; por eso, cada diciembre celebran Ciclo de los Ecos, una tradición ancestral en la que que se crean nuevas palabras, que son asignadas a cada uno de sus habitantes. La pequeña Kelaa recibió una palabra con la que no estaba muy contenta, pero algo cambió en ella durante el año…
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Mis amigas y yo somos tres;
tres, bajo la tormenta
tres, bajo la hoja de higuera
Al lado, tres hormigas amigas
tres, empapándose de agua fina.
¿Adónde vais sin guareceros?
¿Adónde con este día?
-Mi paraguas no lo encuentro.
-Yo no uso.
-Y yo, ¿qué es eso?
Mis amigas y yo somos seis;
seis, bajo el aguacero
seis, apretarse o no cabemos.
Sí, tenía una mirada terrorífica. Sí, era naranja. Pero… ¿era una calabaza?…NO. Pablo comprobó el desastre nada más ponerse el disfraz que había traído su padre. «Podría servir para Carnaval, pero… ¿mandarinas en Halloween? ¡Nadie ha visto mandarinas de Halloween!», pensaba con frustración. Nadie excepto[…]
SALTACHARCOS #1 Un impulso, un salto, un giro, un aterrizaje …¡HOP! Pan comido. Yo salto todos los charcos los tuyos y los míos, incluso los del vecino. Si andando vemos uno como espejo del paisaje lo cruzamos, seguro. Tú tranquilo. CÁLIDO SUSURRO #2 Sopló[…]
Burbuja de flor en noche serena
noble, limpia como aquella sonata,
ante el viento resuena
siendo que a nada teme
al mismo tiempo que pena
por su llanto de suspendida plata.
La sopa se enfría.
–Te pongo el cuenco de gorro
si no te la tomas deprisa.
¿Y si no exagera ni un poco?
¿Y si no es una pequeña mentira?
Este pliego de papel inmenso | que grande se presentaba | no sé cómo, parece pequeño. | Yo escribo juntito | ni me equivoco | ni me tuerzo | aun así no puedo terminar mi carta | aquí no cabe todo lo que quiero.
Mientras sirvo la taza de té | el tiempo se gasta | como una pila | como el lapicero | como la tinta del tintero | como tejiendo la lana.
Un poema de Navidad, un poema de 24 versos, uno por cada día de Adviento. Un vecindario lleno de rincones en el que todos cabemos y en el que todo puede suceder, un gran vecindario al que llamamos: mundo.
Mi abuela, la gran gata parda,
me enseñó a tejer gorros y bufandas.
Hoy ha llegado el invierno.
¡Por fin la nieve blanca!