Despertando la imaginación: el poder de la escritura en la infancia

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«Venga, ahora tú» es la frase que más escuchamos mientras aprendemos. Reforzamos aquello que se nos enseña mediante la acción, la experimentación y, finalmente, la repetición. Si cada vez que enseñamos algo, invitamos a practicarlo… ¿Por qué no lo hacemos cuando leemos? Es decir, frente a la acción de leer podríamos retar a los más jóvenes a la acción de escribir.

Entendemos que para la creación escritora hace falta una estructura cultural que conecte no solo nuestros conocimientos, sino también nuestras experiencias. Y seguramente pensamos que es complicado, que no van a tener ganas, que no les resultará interesante, que si no se divierten no les gustará o cualquier otra excusa tan absurda como pensar que no sabrán hacerlo. Esto puede ser cierto pero creo que una vez más, y es una percepción personal, infravaloramos a las niñas y niños, por no decir también a los adolescentes y jóvenes.

Fomentando el hábito escritor seguramente se llegue al hábito lector. Caso que no ocurre al contrario, una persona lectora puede o no tener inquietudes escritoras, pero es muy muy muy muy poco probable que si las tiene (esas inquietudes escritoras) no tenga ninguna afición a la lectura. Una persona que escribe es una persona que lee, casi seguro. ¿Qué crees tú?

Por eso vamos a dedicar bastantes líneas, en este blog, al fomento de la escritura.

El proceso de aprendizaje de la escritura en la infancia no tiene etapas exactas, así que tampoco tiene edades concretas en que ocurren, ya que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo. Sin embargo, a grandes rasgos, se pueden identificar algunas solo para tener las cosas claras en nuestra cabeza:

  1. Preescritura: desarrollo de habilidades imprescindibles antes de la escritura propiamente dicha. Los niños comienzan a desarrollar la motricidad fina necesaria para sostener un lápiz o crayón. También exploran diferentes formas de trazos, garabateos y dibujos, lo que sienta las bases para el desarrollo de la escritura.
  2. Garabateo: se comienza a realizar garabatos controlados y con una intención más clara. El garabato es una expresión universal que todos hemos practicado, ¿no te parece que incluso es terapéutico? ¡Pruébalo! Los garabatos pueden representar objetos o personas esquemáticas. Aunque no tienen un significado claro para los demás, para los niños es todo un descubrimiento: tienen el «mundo» en su lápiz.
Guille y su mundo en un lápiz, autor: Quino
  1. Escritura emergente: confirme aumentan las habilidades preescolares, crece el interés por la escritura. Es ahora cuando los garabatos empiezan a parecerse a las letras y números. Lo normal es escribir un nombre, aunque la escritura aún puede ser irregular e incompleta. Esta etapa es importante y curiosa, su cabecita les dice que la escritura tiene un propósito propósito mayor, que a través de sus garabatos consiguen comunicarse. Una vez comprendido el fin comunicativo de la escritura, su uso es imparable.
  2. Escritura temprana: A medida que los niños ingresan a la etapa escolar, aprenden las formas de las letras y desarrollan una mayor coordinación ojo-mano para escribir de manera más legible. Comienzan a utilizar el sonido de las letras (fonética) y a formar palabras y oraciones simples.
  3. Escritura fluida: La práctica hace que la escritura se vuelva más fluida y coherente. Ya pueden escribir oraciones más complejas, utilizar gran variedad de palabras y crear estructuras gramaticales. Pero no solo es cuestión de palabras, en esta etapa la cosa va de ideas; ideas expresadas por medio de una escritura cada vez más sofisticada.

No me cansaré de repetirte que estas etapas son generales y pueden variar de un niño a otro. No hay tiempos ni hay edades, puede ser antes o después, no todos estamos preparados para las mismas cosas al mismo tiempo. Por eso es importante la naturalidad, el momento, las formas y la constancia.

Hasta aquí hemos contrastado las diferentes etapas por las que se desarrolla la habilidad escritora, pero lo que a ti y mí nos interesa es la escritura que nos descubre. Una escritura que surge a partir de la última etapa descrita anteriormente, que está dentro de cada uno de nosotros y que, como ya he dicho varias veces: no tiene edad. El fomento de la escritura creativa en los más jóvenes es el «charco» en que queremos meternos.

La escritura creativa juega un papel fundamental, no solo brinda la oportunidad de expresarse de manera individual y única, sino que también fomenta la imaginación, creatividad y habilidades cognitivas. Alentando a los niños a escribir de manera creativa, les estamos permitiendo jugar con sus posibilidades dando rienda suelta a sus ideas, pensamientos, emociones, experiencias, críticas… todo lo que les lleva a comunicarse de forma efectiva. Pero no solo de la creatividad vive el escritor, hay otros valores innegables como la concentración, la organización, la capacidad de síntesis y estructuración de ideas.

Quítate la idea de que no pueden/saben hacerlo, no les boicotees pensando que no les va a interesar hacerlo. ¿A quién no le va a interesar si, como decía Samuel Beckett, «Las palabras son todo lo que tenemos.»?

Poco a poco iré contándote más sobre algunas de estas ideas, de cómo veo yo la práctica de la escritura en la infancia (¿y por qué no en la etapa adulta?), además de proponerte juegos y maneras divertidas de fomentar esta actividad. Aunque ya te di alguna idea cuando descubrimos La lectura de ida y vuelta o que Poema rima con juego, ¿recuerdas? Si no, puedes leer ahora esos artículos, que nunca es tarde. Lo mejor de los blogs es que ahora yo me despido y me callo, entonces puedes aprovechar tú para coger la palabra sin pedir permiso: véngate de la chapa que acabo de darte compartiendo tu propia experiencia, conocimientos o, sencillamente, tu opinión. Te leo en los comentarios o en redes sociales.

Pronto volveremos a leernos, vendré con poemas bajo el brazo. Prometido

 

Comment (1)

  1. Otros fomentos: acompañar en la cultura – YoCuento

    julio 24, 2023 at 2:07 pm

    […] puedas pensar. Hacer un guion, sea el que sea, ya es escribir. Acuérdate de que ya hablamos sobre la relación que tiene el hábito de la escritura con la propia lectura. Ambas cosas están íntimamente relacionadas. Si te paras a pensar un poco, pueden salir ideas […]

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