Al lado del pino sin piñas del lago dorado del bosque del mundo que no conocemos, se encontraban dos ciervos luchando por razones desconocidas. Ambos ciervos, compañeros de paseos y largas tertulias, peleaban con brutalidad chocando sus fuertes cornamentas. De todos los rincones del bosque llegaron animales, alertados por los ruidos.