Pero hoy no vengo a hablarte de LEER, más bien del angustioso camino hacia QUERER LEER. Si tus niñas y niños, por no hablar ya de los jóvenes, no quieren leer: no les puedes obligar. Pero entonces, ¿cunde el pánico? ¿Lo dejamos por imposible? ¿Hola, no future? ¿Cómo se equilibra el necesario fomento de la lectura con la necesaria voluntad lectora? Hay quien piensa que los libros son el único modo de cultivar el gusto por la lectura. Afortunadamente, creo yo, esto no es así. La clave está en cambiar el enfoque de varias ideas, te las doy aquí.