No te burles de la gente que no lee si quieres que algún día lo haga.
Daniel Pennac
Vengo a robarte muy poco tiempo, lo prometo. A estas alturas de la mañana, hoy día 22 de diciembre, ya habrá gente como loca de contenta, la suerte de la Lotería de Navidad habrá tocado a las puertas de unas cuantas personas. Con el deseo fuerte de que una de esas personas sea yo, escribo estas líneas para reflexionar un poco acerca de la suerte.
La suerte puede ser un trébol de cuatro hojas, un décimo premiado, un amuleto, una tirada de dados, doce uvas… incluso puede ser un sitio libre para aparcar el coche. La suerte puede ser silenciosa, como la salud o puede ser estridente como el premio Gordo de Navidad.
La vida está llena de giros que suceden de forma inesperada y consideramos positivos.
A raíz de esto yo pregunto, ¿no nos cambian, de verdad, los libros que leemos? Incluso los que releemos nos marcan de tal modo que nunca somos la misma persona cuando los empezamos que cuando los terminamos. El poder de la lectura nos transforma incluso sin querer, con ella superamos las emociones, afrontamos los reveses, adquirimos nuevos conocimientos, le reímos al mundo (la risa son pequeños golpes de suerte, creo yo), avanzamos.
Tanto si las recuerdas como si no, tus lecturas te han descrito por fuera y por dentro. Leer es otra de esas suertes silenciosas de la que solo nos daríamos cuenta si, por alguna razón, nos la arrebataran. Por eso, confiemos más en los libros y cuentos que leemos porque son premio seguro.
¡Qué suerte haber leído todo lo que he podido y querido!
Todo esto me lo digo a mí misma para recordarlo más a menudo, porque tras el fulgor de la suerte más estridente no estoy segura de lo que puede haber y eso me inquieta. Así que, aunque diga que deseo ser una de esas personas, quiero pensar que la fortuna no está en la pedrea sino en los derechos de cada lector y lectora.
¿Conoces tus derechos como lector/a?
Un decálogo, escrito por Daniel Pennac en Como una novela, que nos da la magnitud de la grandeza de la lectura. Son verdades que nos alcanzan a todos, no solo a los que sabemos leer sino a todas las personas que poden sujetar un libro o cuento con las manos. La responsabilidad de quienes sabemos leer es cuidar de estos diez derechos hasta que los que van aprendiendo puedan hacer uso de ellos por sí mismos.
Con esta reflexión no quiero desdeñar cualquier tipo de suerte, ¡en absoluto! Más bien quiero darle valor a otras que sí podemos tener t-o-d-o-s al alcance de la mano.
Llevo un buen rato charlando y no te he preguntado qué piensas tú de todo esto. Me encantaría que me dieras tu opinión sobre el tema y espero que, la suerte (como la Fuerza) te acompañe.
Nos vemos en la página siguiente.
Otras lecturas
- PENNAC, DANIEL (2019): Como una novela, Anagrama, 176 pp.
- LAIRLA, SERGIO y GONZÁLEZ LARTITEGUI, ANA (2014): El libro de la suerte, A Buen Paso Editorial, 56 pp.
- MANCEAU, ÉDOUARD (2020): ¡Mala suerte!, Plataforma Editorial, 48 pp.
- BARRERA, MELINA y ASIAIN, LORA, MIREN (2018): Diez gotitas de azar, Periplo, 48 pp.