Clavel

PIN

El día en que los claveles se suicidaron corría el año nosécuántos en la ciudad de nointeresa. Aligeré el paso porque llegaba tarde; que lloviera y no tuviera paraguas era algo soportable.

Al pasar por debajo del balcón lo vi. Me paré y levanté la mirada hacia las macetas de aquella terraza.

Amenazaba con lanzarse al vacío, con sacudir el soporte de un final ya anunciado. Se avecinaba tormenta y yo esperé mientras él vacilaba. Entonces dijo:

–Si me tiro, que haya guerra.

Esperé y nada.

–No te atreves, no merece la pena.

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