El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida, porque acaba siendo verdad
La vida puede ofrecer algo más, pero ¿cuánto más? La imaginación interviene, jugando un factor increíble, en esta aventura difícil de contar pero fácil de creer. ¿O al revés?
La paciencia es necesaria, y no se puede cosechar de inmediato donde se ha sembrado.
Hay maneras preciosas de ilustrar la primaverapero pocas veces se ilustra,de forma tan majestuosa, la impaciencia. Bienvenido al cuento donde la obstinación tiene forma de flor.
“y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son”
Si alguna vez tienes la suerte de que alguien te desvele lo que ha soñado, espero con todas mis ganas que ese alguien sea un niño o niña. No hay nada más aburrido que un adulto contando lo que ha soñado. Si te quedas, te cuento a qué me refiero.
Hay que esperar cuando se está desesperado y andar cuando se espera.
¿Cuántas veces te has desesperado porque una web tardaba en cargar más de 2seg? El mundo digital nos puede, pero esas reglas de inmediatez no van con la naturaleza, ni con el fomento de la lectura.
Si se muere la poesía, se muere algo más que un género poético. Se perdería también la dimensión humana de una sociedad, con unos individuos convertidos en pura mercancía, sin algo que les invitara a pensar en el amor, en el miedo, en la ilusión…
Si pretendemos aunar toda la poesía en una sola definición, el resultado no sólo será ostentoso, también un auténtico desastre, maldita sea.No hay definiciones exactas sobre la poesía.
¡Soldados, desde lo alto de esas pirámides, cuarenta siglos os contemplan!
No suelo dejarme llevar por la cubierta de un cuento pero ese cocodrilo pedía a gritos una oportunidad. Lo saqué de la biblioteca con muchas dudas pero ha sido uno de los mayores aciertos en mis lecturas de LIJ de estos últimos meses. ¡Allá vamos!
Los errores siempre originan algún descubrimiento.
¿Quién distingue lo que es una consecuencia ineludible de un acontecimiento por puro azar? ¿Acaso el azar no está provisto de sus propias “triquiñuelas”? Este cuento llega al bombín para hacerme reflexionar (y si tú te unes, no estaré sola) sobre las millones de veces que me equivoco y me descubro de nuevo.
Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido.
Si pintásemos un cuadro en el que se vieran nuestros gozos, nuestras sombras, todo aquello que nos perturba y, a la vez, todo aquello que nos trae sin cuidado, seguramente quedaría algo parecido al cuadro de James Ensor, pintado entre 1888-1889, donde la muchedumbre esconde más de lo que muestra.
Ten el valor de la astucia que frena la cólera y espera el momento propio para desencadenarla.
Si supieras de antemano tu destino ¿qué harías para cambiarlo o para obtenerlo? Te invito a descubrir una historia que sabe que todo intento es vano, que nuestros actos determinan sólo el segundo presente que tenemos entre las manos; lo demás es arcano.
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